La necesidad de comprender mejor la actividad económica que gira en torno a las criptomonedas, está haciendo que el tema cobre cada vez mayor relevancia y esté comenzando a ser adoptado en las agendas de organismos multilaterales para ser estudiado. Este es el caso del Consejo de Estabilidad Financiera y el Comité de Pagos e Infraestructuras del Mercado (CPMI), quienes presentaron un informe completo sobre la necesidad de llevar un monitoreo de la criptografía y su impacto en la economía, a los ministros de finanzas del G20 y a los jefes de los bancos centrales de sus respectivos países miembros.
El informe se enfoca particularmente en los canales de transmisión a través de los cuales se desenvuelven los mercados de activos criptográficos, y en que pudiesen dar lugar a riesgos de estabilidad financiera en un momento dado.
Este informe vino acompañado de una serie de recomendaciones por parte del FSB, un organismo coordinador de regulación financiera internacional, que entre otros aspectos menciona en un comunicado que monitorear el tamaño y el crecimiento de los mercados de activos criptográficos es una labor de primera importancia para comprender la magnitud del impacto que sus fluctuaciones puede tener en las economías de los países.
Ciertamente monitorear el comportamiento de estos mercados es fundamental. Tener bases medibles y ponderables es una de las necesidades para poder proyectar escenarios realistas en torno a los impactos de las fluctuaciones de los precios de las criptomonedas.
El informe de recomendación de monitoreo contiene comparaciones del comportamiento relativo a la volatilidad y correlaciones de mercado entre las principales criptomonedas con otras clases de activos de valor como el oro, distintas monedas, acciones bursátiles, comportamiento de mercados, todo en una comparación en términos de tamaño, crecimiento y niveles de precios de las principales criptomonedas.
Conocer con bases medibles el comportamiento de las criptomonedas es indispensable, sin embargo los datos incorrectos y arbitrarios significan una barrera para la supervisión, medición y comprensión de los criptoactivos. El informe en ese sentido explica que las métricas sobre los precios, los volúmenes de negociación y la volatilidad de las criptomonedas pueden ser manipuladas por prácticas ilegales como el lavado, spoofing, y pump and dump, lo cual enturbia cualquier intento de estudio y análisis.
Por otra parte una sombra importante recae sobre la actividad criptográfica, y es que consideran que los criptoactivos protegen el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, y plantean importantes problemas de protección al consumidor y al inversor por las características de anonimato y encriptamiento de las transacciones, lo cual es una paradoja ya que son de las principales fortalezas de las criptomonedas.
El rol que pueden jugar organismos como el FSB en cuanto a la identificación de los riesgos de la actividad criptográfica, así como el planteamiento de soluciones para prevenir y de alguna manera mitigar los riesgos que usuarios e inversores puedan correr, así como para promover la protección de éstos, la integridad del mercado y la estabilidad financiera de los países, es un aspecto que figura en el informe a manera de recomendación.
